Gracias a este procedimiento se corrigen los excesos de piel y/o bolsas de grasa superiores e inferiores, pudiendo, en la mayoría de los casos, mejorar tanto el aspecto funcional como estético.
OCCIDENTALIZACIÓN
PALPEBRAL
La “occidentalización palpebral” es una cirugía que permite crear el pliegue del párpado superior en los ojos con rasgos asiáticos.
Ya es un hecho que los rasgos de los ojos definen la mirada de una persona. Por ejemplo, en países como Japón, China y Taiwán donde el aspecto de los ojos es rasgado, se emplea la blefaroplastia para crear un efecto visual de ojo más grande, algo que consideran símbolo de belleza.
Por lo tanto, la cirugía de párpados no solo se recomienda en casos en que el paciente quiere rejuvenecer la mirada, eliminando las famosas bolsas inferiores o levantando el párpado superior; sino que, además, permite crear el llamado “surco de la belleza” para conseguir mayor apertura de la hendidura palpebral.
¿Qué es el surco de la belleza?
Se llama “surco de la belleza” al pliegue que está ubicado por encima del párpado superior y brinda un aspecto de mirada más grande o abierta, propia de los occidentales.
El tratamiento es apto para hombres y mujeres y tras su aplicación las personas se reincorporan de forma inmediata a su vida social, sin cicatrices, marcas o enrojecimiento.
Se puede realizar a partir de los treinta años, edad en la que la piel empieza a perder su poder de regeneración o simplemente cuando los signos de envejecimiento son visibles.
Sin embargo, es importante aclarar que su aplicación se puede realizar como tratamiento preventivo en una piel joven o como restitutivo en una piel envejecida.
Al ser el PRP un preparado autólogo (realizado con la propia sangre del paciente) no hay riesgo de reacciones alérgicas o transmisión de enfermedades.
¡Es el complemento ideal de tratamientos faciales y corporales tanto estéticos como quirúrgicos!
El tratamiento es apto para hombres y mujeres y tras su aplicación las personas se reincorporan de forma inmediata a su vida social, sin cicatrices, marcas o enrojecimiento.
Se puede realizar a partir de los treinta años, edad en la que la piel empieza a perder su poder de regeneración o simplemente cuando los signos de envejecimiento son visibles. Se puede aplicar tanto como tratamiento preventivo en una piel joven o como restitutivo en una piel envejecida.
Al ser el PRP un preparado autólogo (realizado con la propia sangre del paciente) no hay riesgo de reacciones alérgicas o transmisión de enfermedades.
Es el complemento ideal de tratamientos faciales y corporales tanto estéticos como quirúrgicos.
Tu piel lucirá luminosa, compacta, hidratada y turgente.